Gertrudis Rivalta

Nubes del Desierto

ExposiciΓ³n

“Nubes del desierto”

Exposición personal de Gertrudis Rivalta Oliva.

Texto: Almeris Herrera

Lugar: Fábrica de Harinas. Albacete. Fecha: 13 de Octubre de 2019.

Dudo que esta misma mañana, no haya sido noticia la llegada de migrantes a un nuevo destino a través de cualquier ruta por los mares o desiertos, y preocupa que este fenómeno a fuerza de su reincidencia, deje de ser la reflexión de un hecho dramático para verse naturalizado en la conciencia de algunos, mientras el siglo XXI sigue llenando sus páginas con historias de una crisis migratoria y de desplazamientos sin precedentes.

Los mares y desiertos son escenarios muy peligrosos para perderse, pero hay que alejarse de la guerra y la muerte o del hambre y el miedo, y el migrante no tiene alternativa de caminos. Frente a tanta adversidad, Gertrudis Rivalta Oliva ha concebido un proyecto expositivo para hablar de las migraciones actuales.

Nunca antes las nubes del desierto, ciertas plantas rodadoras o estepicursoras como también se las conoce, habían sido utilizadas como referente visual para hablar de éxodos y de diáspora humana e identidad. A esta curiosa planta en muchas ocasiones, la hemos visto desplazarse en escenas cinematográficas del viejo oeste estadounidense, advirtiendo soledad o finales inesperados. Pero llega Gertrudis e instala y construye su discurso. Las nubes del desierto lloran elevadas, tan elevadas como los sueños del migrante y las que ruedan por el suelo han sido humanizadas, al crearse cuerpos esféricos de textiles que simbolizan ropas, objetos personales perdidos y la vida de los hombres y mujeres que con sus hijos a cuestas van dejando por las rutas cuales nubes del desierto, huellas esparcidas como diásporas y retazos de memoria.Saben muy bien quienes siguen su evolución desde los años noventa, que Gertrudis es una pensadora comprometida con su tiempo que discursa desde la razón, para categorizar con responsabilidad filosófica, las verdades e inquietudes que la mueven como artista y ser humano. Es una creadora incapaz de repetirse en la concepción de sus obras, escrupulosamente documentadas por la historia, las interacciones y cambios en las estructuras socioculturales, angustias o esperanzas del individuo.

 Las duras condiciones castigan. Los sentimientos de fracaso y el miedo atentan contra el propio yo y los límites de existencia y fortaleza.

¿Qué han ganado o perderán en el trayecto?

Ante este cuestionamiento, Gertrudis sitúa al espectador en un plano de interacción frente a “Tu cara ante la luz”, para encontrar respuesta. Este video performance, estimula sensaciones muy intensas a partir de las imágenes proyectadas y la música compuesta por Louis Aguirre, que acompaña cada fotograma. Una estructura musical que arrebata y sobrecoge, que despoja y conquista. Imágenes y composición musical se mezclan, cómplices de la estrategia que han urdido para trasladar al espectador hasta otras dimensiones y aclararse. Cuando la interacción termina, los participantes habrán experimentado con los espacios de silencio, la vulnerabilidad de las identidades colectivas e individuales y lo parecidas que pueden ser a las del otro, cuando les unen idénticas circunstancias sociales.

Fotografías basadas en esta proyección argumentan que las identidades no son inamovibles, que no existe el yo sin la otredad. La imagen de los retratados parece (des)integrarse una y otra vez para apropiarse de nuevas y enigmáticas presencias. Sin embargo, en otras fotografías que fueron registradas durante la performance Leningrado, la imagen no se disipa. Muestra el rostro de Gertrudis cubierto por la página de un artículo y asumiendo el personaje de una mujer afrodescendiente que se sumerge en un estado de introspección que parece asfixiarla, justo antes de decirnos que su vida es sacrificio. La imagen es dura, pero dialoga con su propia elección  y como un grito callado, lágrimas que humedecen el papel denuncian los abandonos y renuncias de los migrantes, cuando los trayectos desdibujan su identidad.

Con “Nubes del desierto”, asistimos una vez más a los discursos de Gertrudis Rivalta Oliva, quien con toda la dinámica de su lenguaje agudo y poético, nos habla sobre los grupos humanos moviéndose por caminos tan azarosos como sus destinos que incluso, pueden encargarse de desamparar al propio yo desde dentro hacia fuera minando las certidumbres del individuo.

¿Llegarán tantos hombres y mujeres con sus niños a cuestas, al destino final?

Lo que parece cierto es que el camino se convertirá en una de las etapas más importantes de sus vidas. Porque lleguen o no, el derecho que ejercen sobre sus propios sueños, les habrá acercado a las últimas entelequias posibles.